Columna de opinión por Miguel Ángel Valenzuela, vicepresidente de la división de Industry de Schneider Electric
Ya sea que se le llame Industria 4.0, Internet Industrial de las Cosas (IIoT) o Manufactura Inteligente, el poder de la tecnología se está haciendo sentir en todo el mundo industrial y está cambiando fundamentalmente las cadenas de valor y los métodos de producción. De hecho, tan grande es el cambio que el Instituto de Transformación Digital De Capgemini predice que las fábricas inteligentes podrían agregar hasta $1.5 mil millones de dólares a la producción general del sector industrial en los próximos cinco años. Esto se debe al efecto de implementación de la tecnología inteligente, que permite a las fábricas producir más y al mismo tiempo reducir los costos. Según Capgemini, algunas industrias pueden casi duplicar su beneficio y margen operativo.
¿Qué significa “inteligente”?
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) define este nuevo panorama como “sistemas de fabricación totalmente integrados y colaborativos que responden en tiempo real para satisfacer las demandas y condiciones cambiantes en la fábrica, en la red de suministro y en las necesidades de los clientes”. Y conectado es otra forma de decir integrado y colaborativo. Aquí es donde el proceso de producción se beneficia de un efecto multiplicador a medida que las tecnologías de operación e información logran fuerza combinada y mejoran la eficiencia en todos los niveles.
Los sistemas de manufactura están aprovechando toda la gama de tecnologías nuevas y emergentes.Internet es la base, uniendo equipos, sensores, herramientas analíticas y personas en formas cada vez más complejas e ingeniosas. Big Data, robótica, aprendizaje automático, inteligencia artificial, realidad aumentada, impresión 3D, análisis predictivo: todas estas cosas y más están convergiendo; y con el mayor nivel de control y supervisión que brindan, ahora podemos crear un “gemelo digital” de todo un sistema de producción, y así, optimizar el rendimiento empresarial al crear un perfil en tiempo real de un objeto o proceso físico.
Los beneficios de construir y operar una planta inteligente van más allá de la simple producción de bienes. Abarcan la planificación, la logística de la cadena de suministro y todos los aspectos del desarrollo de productor y la innovación. Las empresas que no adoptan las prácticas y tecnologías de fabricación inteligentes corren el riesgo de quedarse atrás, por lo que estamos viendo un número creciente de plantas en todo el mundo que ejemplifican las ventajas de la fabricación inteligente. Entonces, ¿qué aspecto tienen las plantas del futuro?
Una planta inteligente ilumina los beneficios de la cuarta revolución industrial. Eso significa que ha implementado tecnologías inteligentes de manera integral, al tiempo que mantienen a las personas y la sostenibilidad en el centro de la innovación. Entre estos modelos se encuentra la planta inteligente en Monterrey, México de Schneider Electric, con dominios EcoStruxure, plataforma interoperable de IoT.
Las plantas inteligentes son ejemplo de potencia y automatización convergentes. Basándose en el uso de tecnología, estos modelos utilizan una amplia gama de herramientas digitales para mejorar y controlar las operaciones. Tan pronto como entras a uno de esos sitios, experimentas el futuro de la fabricación. Por ejemplo, los mini centros de datos almacenan datos críticos del sitio localmente, lo que permite un mayor acceso y control de seguridad; o los sensores monitorean la maquinaria para predecir, en lugar de reaccionar, las necesidades de mantenimiento. Además, la realidad aumentada acelera las operaciones y el mantenimiento, dando como resultado ganancias de productividad de hasta el 7 por ciento, mientras que las innovaciones energéticas logran ahorros de hasta el 30 por ciento. Este tipo de plantas no sólo muestran los beneficios de adoptar tecnologías inteligentes, sino también la facilidad con la que cualquier empresa puede comenzar su propio viaje digital.
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