(M&T)-. La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es un tema que se remonta a la fundación de Progreso, pues su fundador, Carlos F. Novella, era un hombre que visualizaba que el aporte que podía dar a la sociedad podía ser ofreciendo un producto de gran valor para el desarrollo como lo ha sido el cemento y haciendo un negocio que operara de forma responsable, por lo que implementó beneficios que mejoraran la calidad de vida de sus colaboradores y de las comunidades.
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Éstos incluían políticas internas de fomento a la vivienda, servicios de salud, escuelas, entre otros. De ahí que la cultura organizacional de Progreso se basa en los valores y la visión de su fundador: el respeto a la dignidad de las personas, el respeto del Estado de Derecho, su Código de Valores, Ética y Conducta, así como los ejes de servicio, compromiso con el resultado, bienestar, desarrollo, comunicación y reconocimiento que constituyen su Agenda de Liderazgo; en el fomento de la confianza, así como en el compromiso y la cooperación para lograr su propósito trascendente: “Construirjuntos el país donde queremos vivir”, explica Guillermo Monroy, gerente de Ciudadanía Corporativa.
Una estrategia de RSE que evoluciona
De acuerdo con Monroy, en el 2015 se aprobó la Estrategia de Sostenibilidad 2015-2025 de Progreso, con el propósito de mitigar riesgos y avanzar hacia la sostenibilidad de sus negocios. En el último trimestre de 2018, en un proceso interno a nivel de la alta dirección, se complementó la estrategia con cuatro pilares de sostenibilidad y 77 indicadores de desempeño (metas 2025).
Según el directivo, la función principal de los pilares es priorizar las acciones que se ejecuten, atender todas las dimensiones de la sostenibilidad corporativa y dar visibilidad a los compromisos de la organización, asignando responsables gerenciales que rinden cuentas de lo actuado al CEO, quien lidera dicha estrategia.
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Así, los cuatro pilares que sustentan esa estrategia y consideran la triple cuenta de valor (dimensiones económicas, sociales y ambientales) del desarrollo sostenible, son:
Proveedor favorito: hace referencia a las relaciones con los clientes, proveedores, socios comerciales y otras partes interesadas.
Líder ambiental: describe la forma cómo la organización gestiona su impacto ambiental en los ecosistemas y su efecto en las personas, instituciones, organizaciones y comunidades.
Empleador preferido: enmarca las acciones de fortalecimiento y retención de talento con sus colaboradores.
Ciudadano responsable: se refiere a los compromisos de la organización y acciones para ser un buen vecino, fortalecer su licencia social y generar prosperidad en las comunidades donde opera.
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