Por Federico Ramos, Industry Account Executive para Retail en SAP Norte de Latinoamérica.
(M&T)-. La escasez de insumos y mano de obra han impactado sobre los costos y precios de los bienes y servicios. Lo anterior sumado a la crisis geopolítica que enfrentan Rusia contra Ukrania impactan los costos de los combustibles y derivados del petróleo.
Según las empresas centroamericanas, su mayor dolencia en este momento es la consecuencia de lo anterior: la falta de trazabilidad sobre las órdenes de compra de materiales o productos y la predictibilidad disminuida en la cadena de suministro.
Los dolores y consecuencias aplican a cualquier modelo industrial, sea una fábrica, un distribuidor mayorista o un retailer. La trazabilidad permite a los diferentes actores identificar desde el origen, una requisición de material, donde y en qué estado está una solicitud, un producto o materia prima. Asimismo, qué cantidad de producto es asignado a esa orden, qué trámites ha superado y cuáles le hacen falta, para llegar a un proceso de recepción en almacén.
La falta de trazabilidad como consecuencia, genera poca predictibilidad y limita las estrategias de SLA (Secret Level Agreement por sus siglas en inglés) con las que las empresas llevan su promesa de marca a cliente. La poca predictibilidad impide el cumplimiento de las estrategias de reemplazo, las de inventario y de manufactura, causando que las empresas no puedan cumplir su promesa de marca. Como resultado, una reputación corporativa negativa.
Ante esta esta situación, las empresas de la región han empezado a planificar un tiempo de entrega elevado, un mayor stock de productos y así capturar capital corporativo.
La tecnología como paliativo a la crisis
¿Cuál es la solución ideal? Una que permita ver desde el origen los insumos necesarios para la manufactura de un producto hasta la disposición de éste en manos del cliente final. Una solución que tenga visibilidad a todo nivel que permita predecir tiempos reales de disponibilidad, entregas y recibir retroalimentación de la experiencia del cliente dejando registro tanto contable como financiero de cada etapa.
Este tipo de solución existe gracias a tecnologías disruptivas como la Inteligencia Artificial, Machine Learning, geolocalización y el Internet de las cosas (IoT). La elección de proveedores cuyo sistema permita ser parte del ecosistema es clave.
El ejemplo más claro es una empresa que coloca una orden a un cliente X y otra a un cliente Y. Ambas tienen fechas de entrega diferentes, pero al tener trazabilidad un sistema inteligente permite asignar las órdenes según el tiempo de entrega. Esto nos acerca a un escenario colaborativo, reprogramar en el acto, quedar bien con los clientes, optimizando tiempos de entrega, llegar más rápido al mercado y generar impacto cuantificable frente a la competencia.
Varias compañías centroamericanas están al tanto de estas soluciones y están empezando a implementarlas pues son de alto valor para los procesos de planificación, compras, manufactura, logística, y experiencia del cliente. Los resultados de la adopción de estas soluciones de negocio permiten una asociación cada vez más fuerte entre el área comercial y de logística de las compañías. Las plataformas omnicanal habilitan desde la venta de un producto hasta la solicitud de este a un proveedor dando estimados de tiempos de recepción, entrega, pero sobre todo uniendo la experiencia del cliente con la promesa de marca.
Las empresas que logran anticiparse a los retos son las que logran liderar el mercado. Es esa sutil diferencia, de quizás un 1% de diferenciación, las que logran capturar, retener y crecer su mercado meta.
La crisis global ha cambiado las reglas del juego y solamente aquellas empresas visionarias serán quienes lideren su nicho creyendo en soluciones tecnológicas innovadoras que marcan la diferencia.
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